Por Eduardo Jacobo Bernal
Berserker desencadenado es una historia poco convencional en más de un sentido. Es la historia de un guerrero de una época muy antigua, en la que la espada y la hechicería son las únicas reglas de sobrevivencia, pero en realidad no es una novela gráfica que trate de batallas y masacres; es la historia de un viaje en el tiempo, pero tampoco trata del reiterado contraste entre el pasado y el futuro. Entonces ¿de qué trata Berserker? De valores y sentimientos humanos que son universales y atemporales, y por eso es que es una obra digna de leerse.

Jeff Lemire, a quien hemos reseñado bastante últimamente por ser autor de Sentient y Sweet Tooth, es un maestro de la narrativa introspectiva, y aquí toma como pretexto a un personaje que nos recuerda descaradamente a Conan el Bárbaro y lo obliga a reflexionar acerca de su vida entre batallas: “¿por qué peleo?” se pregunta Berserker. Y con ese punto de partida, el personaje es arrancado de su entorno para ser arrojado en pleno siglo XXI, en donde la lucha no será contra ejércitos de orcos malvados, sino que deberá enfrentarse a la imposibilidad de comprender la extraña lengua que hablan los nativos, aunque pronto reconoce huellas culturales que permanecen: el comercio, la pobreza, la soledad, y, por supuesto, la bebida.

En el apartado gráfico debo decir que Berserker es una obra maestra, el brasileño Mike Deodato Jr. -quien ha trabajado en las grandes ligas ilustrando a los Avengers y Spiderman para Marvel o Batman para DC- da rienda suelta a su trazo para presentarnos dos mundos que, gracias a la magia de su dibujo, son perfectamente verosímiles y hermosos de disfrutar gracias también a las tintas de Frank Martin. Y aunque la esencia de Berserker no es la batalla, hay viñetas espectaculares en las que podemos apreciar la violencia de la espada con un detalle virtuoso.

Al final del día, esta obra no decepcionará a nadie, pues tiene un toque de acción, aventura, crítica social, pero sobre todo, reflexión acerca de lo que significa ser humano. Pues no importa en qué siglo se viva, habrá sentimientos que permanecen, como la pérdida de los seres queridos, el dolor de la soledad, pero también la esperanza por el futuro. La pregunta eterna por el sentido de nuestra vida es algo que puede unir a un guerrero prehistórico con un habitante decepcionado de la vida consumista del siglo XXI.
Lemire nos muestra en esta obra editada en México por la editorial Panini, que el cómic puede ser usado de maneras divertidas, pero también profundas, que sirve para explorar otros tiempos y universos, pero también para explorar nuestro interior, y si bien no intenta darnos una respuesta absoluta, sí nos anima a seguir el viaje, a desprendernos del dolor del pasado y alzar las copas por un nuevo amanecer…
