Por Citlaly Aguilar Sánchez

Muchas de las canciones que escuchaba en la casa de mis padres, que datan de la década de los noventa, me suenan cercanas al rock a la luz del siglo XXI. Es el caso de “En realidad”, del grupo Abracadabra.
De esta agrupación se sabe muy poco, salvo que es originaria de Monterrey. En general sucede como con muchos de los grupos que se hicieron famosos por un par de singles en los noventa y que desaparecieron entre la bruma o, si bien les fue, se lanzaron a giras en ferias municipales después de múltiples reacomodos en su integración. “En realidad” forma parte del álbum Te quiero todavía de 1992, cuando el vocalista era Gerardo Díaz, quien, hay que reconocer, tiene un timbre bastante melancólico que guarda cierta semejanza con agrupaciones predecesoras como Los Terrícolas o Los Ángeles Negros.
El otro día mientras veía la miniserie documental Rompan todo, que supone los orígenes del rock en Latinoamérica y postula su raíz a inicios de los años sesenta, fue imposible no notar que a la par en México surgía lo que actualmente se conoce como “género grupero”, dentro del cual hay quienes bien pueden considerarse también en el rock o al menos como precursores o influencias. Si bien el rock ha sido considerado culturalmente dentro de las élites intelectuales como un género musical de mayor rango, el grupero ha marcado muchos de los sonidos que actualmente escuchamos en sus diversas posibilidades.

No es necesario aguzar la oreja para detectar notas similares entre “En realidad” y las canciones de Maná, Fobia o cualquiera de las bandas del denominado Rock en tu Idioma. La calidad de sonido, como la de composición musical, no le queda a deber a la audiencia. No obstante, me parece que la diferencia estriba en el target de cada mercado, pues mientras el rock generalmente suele estar dirigido a jóvenes, específicamente universitarios, lo grupero ha sido una flecha lanzada a las masas.
Así entenderíamos que las canciones rockeras tengan letras “de protesta” o con mensajes alusivos a la libertad, las drogas y demás elementos asociados a lo que culturalmente se entiende por “ser joven”, mientras que las gruperas tienden a tocar temas del día a día como el de un duelo inconcluso, que es el caso de “En realidad”. Es cierto que, por ejemplo, “Rayando el sol”, de Maná, también va por la misma temática, no obstante, Fher González utiliza una metáfora más artificiosa en comparación con el grupo Abracadabra.
Con “En realidad” tenemos una muestra precisa de que las canciones que seguimos escuchando, pese al paso del tiempo, suelen tocar las fibras más sensibles de una manera aparentemente más simple. Si esta canción aún suena en nuestras fiestas y reuniones con amistades es porque el duelo siempre se sentirá así, porque siempre habremos de pasar por rupturas amorosas en las que tratemos de echar los pasos atrás en nuestras promesas, como si con eso se pudiera aliviar el sufrimiento que genera una pérdida… y pocas canciones en México lo expresan tan bien como este hit de Abracadabra.