Por Eduardo Jacobo

Neil Gaiman es un nombre fácil de identificar para quienes leemos cómics, pero su influencia narrativa es tanta que casi cualquier persona ha disfrutado de su obra aún sin reconocer al autor. De su pluma han surgido historias que se convirtieron en cintas entrañables, como Coraline y la puerta secreta o Stardust; algunas otras de sus creaciones han llegado recientemente a la pantalla chica y han obtenido excelentes resultados, como American Gods, Good Omens y pronta a estrenarse en Netflix está la historia de Morfeo y los Eternos bajo el título de The Sandman. Ha escrito capítulos de Doctor Who y hasta ha aparecido en los Simpsons y The Big bang Theory.
En fin, que Gaiman es un autor consagrado que ha incursionado prácticamente en todos los géneros narrativos, y el que nos ocupa en este mes de octubre es, sin duda, el terror. En este ámbito Gaiman tiene numerosas obras, pero hoy hablaremos de su reinterpretación a uno de los grandes del género: Howard Phillips Lovecraft.
De Lovecraft hay poco que no se haya dicho ya: que reinventó la narrativa de terror, que es una de las grandes influencias del siglo XX y lo que va del XXI, que donde vemos tentáculos sabemos que hay presencia del nacido en Providence.
Bajo este contexto es que surge Estudio en Esmeralda, una novela gráfica ambientada en la Inglaterra victoriana, más específicamente en Baker Street, la calle en la que vivía el más célebre personaje creado por Sir Arthur Conan Doyle: Sherlock Holmes. De tal manera que Gaiman toma dos universos literarios y los hace chocar a toda velocidad, dando por resultado unas páginas aterradoramente fantásticas.
Ayudado por los extraordinarios lápices de Rafael Albuquerque, Gaiman logra transportarnos al submundo detectivesco del siglo XIX que se encuentra con las criaturas inefables que salieron de la mente de Lovecraft. Un asesinato sin resolver que pone en riesgo a la Corona inglesa es el detonante de esta historia que mezcla los mejores elementos del terror y la fantasía, llevándonos a través de las viñetas por un nuevo mundo que no es ni el Sherlock Holmes ni el de Lovecraft, sino el de Neil Gaiman, quien siempre sabe como hacernos pasar un buen rato.
Estudio en Esmeralda es una obra indispensable no sólo para los amantes de los cómics, sino para todo aquel aficionado al género del terror y de la tradición detectivesca. Es una novela gráfica que en pocas páginas nos invita soñar con un universo completo de referencias literarias y por supuesto que nos deja con ganas de leer una secuela, pero como los mejores casos de Sherlock Holmes, el final quedará a juicio del lector…