Por Eduardo Jacobo Bernal

La historia tiene mala fama, se dice de ella que es árida, aburrida, lejana de los problemas del presente; se piensa en un historiador y se visualiza a un anciano metido entre papeles viejos que poco o nada sabe de lo que pasa a su alrededor. Por otra parte se piensa que los cómics son entretenimiento superficial, sin ningún valor artístico o con argumentos simplones que lo convierten en “literatura chatarra”.
En este sitio, obviamente, estamos en contra de ambos prejuicios. Por lo que nos gusta mostrar ejemplos que, al mismo tiempo, desmienten estas posturas en una sola obra: nos referimos a la Nueva Historia mínima de México, una iniciativa del Colegio de México -prestigiosa escuela que se cuenta como uno de los principales centros de formación de profesionales de la historia en el continente- en la que busca contar la historia nacional a través de las viñetas, pues reconoce en la historieta un excelente canal comunicativo.
Esta serie abarca desde la época prehispánica hasta el siglo XX, acompañando textos de importantes historiadores con las ilustraciones de historietistas de primera línea. Por supuesto que en esta serie hay un tomo dedicado al evento que conmemoramos en estas fechas: la Revolución mexicana.
Se trata de un tomo que busca explicar la complicada saga revolucionaria, en la que personajes como Francisco I. Madero, Villa, Zapata, Venustiano Carranza y Obregón lucharon en contra de Porfirio Díaz y Victoriano Huerta, y después lucharon entre sí para definir el proyecto nacional. Es un tema complejo, pero que a través de las viñetas adquiere un tono sencillo y que, sin duda, ayudará a la comprensión del pasado y de su impacto en el presente.
Con texto de Javier Garciadiego, expresidente del Colegio de México y reconocido por su preocupación por llevar la historia a la sociedad, y acompañado de los dibujos de Pepeto, este tomo nos hace un recuento rápido de una fecha que seguimos celebrando, pero que cada vez pierde más su significado para el presente. Se trata de un acontecimiento fundacional para el México moderno, y no podemos obviarlo o enterrarlo debajo de promociones comerciales o días de asueto, se trata de mantener vivo el legado del pasado no sólo como objeto decorativo, sino en su función social y reivindicadora de la justicia social.
La historieta muestra una vez más su capacidad didáctica y de fácil lectura, que permite un acercamiento simplificado, que no simplón, de complejos acontecimientos históricos; en cuya línea hay muchos trabajos interesantes, de los cuales iremos dando cuenta en este espacio.