Por Eduardo Jacobo

Todavía en la resaca del Día de Muertos y Halloween, la reseña de hoy es acerca de una fábula contemporánea que nos habla de la desesperada situación que se vive en el país: un escenario de inseguridad, pobreza, corrupción e impunidad que nos afecta a todos, pero especialmente a quienes están tratando de construirse un futuro.
Los fantasmas de mi ciudad es una novela gráfica protagonizada por Viridiana San Juan, una joven que vive en un barrio popular de una ciudad que podría ser cualquiera, cuya madre partió hacia los Estados Unidos en busca del sueño americano y con la promesa de enviar por Viridiana en cuanto juntara unos dólares. Pero además de aguardar por noticias de su madre, Viri tiene una característica muy peculiar: puede ver fantasmas.
Después de unos meses de esperar a su madre, Viridiana tiene un mal presentimiento que es agravado por la aparición cada vez mayor de fantasmas, los cuales son resultado de la presencia de una banda de delincuentes en la zona. Viri y sus amigos pasan el rato tratando de grabar un fantasma pero su cámara captará otro tipo de peligro más mundano, lo que los meterá en muchos problemas y les obligará a tomar decisiones y elegir caminos muy diferentes…

Augusto Mora es uno de los historietistas mexicanos más prolíficos de la actualidad, igual hace una novela gráfica y colabora con la revista El Chamuco, también presenta cómics, imparte talleres, concursa y gana convocatorias, y todo eso en medio del tiempo que le dedica a la investigación, pues sus historietas son resultado de una extensa documentación de la realidad. Hay quienes se refieren a Mora como el cronista gráfico de lo contemporáneo, y es que en sus obras se refleja no sólo un tiempo específico, sino su preocupación por temas políticos y sociales, lo que hace que sus cómics sean no únicamente una buena historia bellamente ilustrada, sino una contribución artística para intentar cambiar nuestro contexto.
Los fantasmas de mi ciudad me recordó mucho a la película Vuelven (2017) de la directora mexicana Issa López, quien, al igual que Mora, toma como pretexto la compleja realidad del país y a través del terror nos muestra que los fantasmas no son quienes nos persiguen, sino nuestras decisiones y sus consecuencias. El miedo no está en el más allá, sino en la realidad cotidiana, en el peligro diario de salir a la calle sin saber si vamos a regresar…
