Por Eduardo Jacobo Bernal

¿Qué pasaría si un día, simplemente, desapareciera la luz del sol y, con ello, una pandemia azotara al planeta? Esa es la premisa de la que parte “Nocterra”, obra de Scott Snyder y Tony Daniel en la que vemos a Val, alias Sundog, viajar en un mundo en el que, inexplicablemente, un día cayó “la gran noche” y nadie volvió a ver la luz solar. Y no sólo eso, sino que la oscuridad es completa, pues ni las estrellas o la luna pueden verse.
La pandemia es un tema que ya se refleja en esta obra, pues se trata de un mal que simplemente llegó para terminar la vida como la conocíamos. La oscuridad obliga a los humanos a refugiarse en pequeñas comunidades y rezar por una cura, pues en ese mundo todos los seres vivos han empezado a mutar, a convertirse en “sombras”, versiones salvajes de lo que eran antes, y la única manera de impedir la transformación es mantenerse iluminado por luz artificial.
Este escenario post-apocalíptico nos muestra no sólo monstruos y persecuciones o científicos y conspiraciones, sino que sirve como excusa para explorar un conflicto humano fundamental entre el optimismo y la desesperanza. Y es que la oscuridad completa es metáfora de esa ansiedad e incertidumbre que nos consume actualmente; el no poder ver más allá de nuestros conflictos cotidianos nos impide creer que el futuro será mejor.

Para Sundog, la fe es una excusa para voltear la cara ante los problemas. Ella ha crecido en un mundo sin futuro, sin expectativas o sueños, en el que sobrevivir cada día es la meta, por lo que se refugia en su cinismo; cuando alguien le dice que el sol puede recuperarse, ella da por sentado que se trata de una estafa.
Este cómic de ciencia ficción vio la luz editorial en la compañía Image, apenas en 2021, pero gracias a su buena recepción, ya se ha firmado el contrato para que Netflix haga una adaptación televisiva, así que seguramente escucharemos mucho más de Val y su hermano Emory en los días por venir.
La obra nos recuerda que cuando está más oscuro es porque está a punto de amanecer, y es que en este primer volumen, Sundog llega a la conclusión de que la fe no significa apartar la mirada de la oscuridad, sino mirarla directamente y, a través de ella, buscar una luz mejor…
