Por Eduardo Jacobo

Octubre es el mes dedicado al terror. Halloween ha permeado a todo el mundo y, para quienes nos gusta asustarnos con la ficción, es un mes muy divertido. Joe Hill lo sabe y nos regala una historia que comienza justo el 3 de octubre en la Isla Attu, cerca de Alaska, donde se encuentran decenas de calamares gigantes muertos y horas más tarde la Guardia Costera recibe una señal de auxilio de un barco que lleva más de 20 años desaparecido…
Esta es la premisa con la arranca Plunge, uno de los mejores cómics de terror que he leído en los últimos años. Hill, de quien ya he hablado en otras entregas, hace un homenaje a Lovecraft y a Carpenter con una obra que nos remite a lo mejor del terror ochentero, específicamente a La Cosa del Otro Mundo, en el que se combina el terror cósmico con uno los miedos más elementales del ser humano: perder la individualidad.

Monstruos submarinos, una tripulación de hombres valientes y dispuestos a sacrificarse por otros, una bióloga marina que se aferra a la racionalidad y un ejecutivo que busca obtener ganancias a costa de todo, son los personajes que Hill pone en la mesa para servir una historia circular en la que hay mucho terror, pero también drama, humor, desesperación y un poco de esperanza.
La locura numérica en la que nos sumergimos en Plunge se apodera no sólo de los personajes, sino que, poco a poco, el lector se sentirá asfixiado en esa espiral de números infinitos que es Pi, no podrá, si embargo, dejar de recorrerlos hasta encontrar el horror al final de la página. Con un dibujo soberbio por parte de Stuart Immonen, cada viñeta de Plunge nos transporta a los confines más fríos del mundo para recordarnos que, como diría H.P. Lovecraft: “no todo lo que yace está muerto”, y hay cosas que sería mejor dejar durmiendo en el hielo…
En un tomo único, esta novela gráfica editada bajo el sello DC en la línea Hill House, fue la primera en llegar a los estantes mexicanos en busca de lectores, pues Joe Hill es un apasionado de los cómics y ha logrado hacerse pronto de un nombre reconocido en la industria y, al igual que su padre Stephen King, es un autor prolífico con más títulos bajo su nombre de los cuales espero hablar en próximas entregas.
