Por Mónica Maristain
Una persona escribió en un curso: el producto habla por ella. Todos nos quedamos mirando y hasta ella misma hizo como un leve gesto de disgusto. Entonces le dijimos que lo cambiara y quedó: el libro habla por ella. Creo que en esa diferencia está la literatura. Poder decir algo que conmueva no sólo por el significado, sino que a través del significado yo acceda a un conocimiento nuevo, a algo que no sabía antes.
Siempre pienso que lo literario no accede al cliché ni mucho menos al lenguaje florido. Cuando alguien escribe en un lenguaje florido, habla de esas cosas abstractas que tienen un sabor amargo y falso, está muy lejos de ese libro que al abrirlo tiene una magia que me lleva por otros caminos y otras personas.

Leía anoche a Theodor Kallifatides diciendo que el mundo del cliché es un mundo con amnesia, en un contexto en el que cuando no hay nada que decir, cuando no hay un recuerdo preciso, aparece el cliché, aparece lo no dicho.
Recuerdo entonces el libro de Martin Amis, La guerra contra el cliché, un conjunto de sus artículos en 25 años del siglo XX, en el que el famoso escritor inglés ataca todo lo que se dice en los medios y, por supuesto, todo lo que decimos en este mundo occidental y “tan informado”, hasta claro, caer en él mismo, atacado por esos clichés absurdos y dominantes que muchas veces llevan el control de nuestras vidas.
En el medio, la literatura. Cuando me dice Raquel Robles que la han invitado a no sé cuántos lugares a hablar… ¿de qué? Y aclara que nunca habla de literatura, pienso en esos estructuralistas rusos, pienso en el poema hacia el suéter verde de Saer, pienso en esos zoquetes blancos que me llegaban a los tobillos en la escuela, en el frío que me transporta hacia un lugar donde de todo lo que se habla es de literatura. Para mí la literatura es algo prohibido y anhelante. Es algo fructífero y leal. Tan leal y fructífero como el alcohol. Lo bueno es que no me trae ni problemas de hígado ni crudas al día siguiente.

Fotos: Alejandro Ortega Neri | El Reborujo Cultural