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Salón destino: color y sentimiento

Por Eduardo Jacobo

De la historieta se dice que es el noveno arte y hay novelas gráficas que vienen a apuntalar este argumento sin que quepa duda. Un ejemplo de ello es Salón Destino, cuyo autor, Carlos Vélez, viene a darnos una cátedra de narrativa gráfica al contar una hermosa historia sin necesidad de diálogo alguno pero haciendo que el lector-espectador sufra, llore, ría y se emocione al recorrer las páginas.

La historia de Salón Destino es la de un hombre atrapado en su vida rutinaria hasta que descubre el arte, manifestado en el baile. Allí, poco a poco, incorpora a su vida una nueva dimensión en la que ya no sólo sobrevive, sino que, por fin, vive de manera plena. Sin embargo, encontrará que el amor y la felicidad son esquivos, y que no pueden ser buscados en los ojos de otra persona si no se construyen desde dentro.

En esta novela gráfica el apartado artístico es abrumadoramente impresionante, pues Vélez juega con los colores de manera magistral para transmitirnos emociones. El uso de la cromo-semiótica -que es el significado conceptual del color en la comunicación- permite una lectura en múltiples niveles que nos lleva a segundas y terceras visitas a esta obra. El tránsito entre el blanco y negro y el color juega un papel fundamental para entender el desarrollo de la historia, además de artificios gráficos sutiles, pero precisos, para acompañar al lector en la narración, como es el crecimiento de una planta para indicarnos el paso del tiempo.

Las metáforas cromáticas de esta obra hacen que el lector no sepa si colocarla en el apartado de historieta mexicana o en historia del arte pero lo que sí es seguro es que se trata de una obra imprescindible no sólo para los aficionados a las viñetas, sino para cualquier persona con la sensibilidad de disfrutar y enfrentarse a una obra que exige del lector-espectador una cooperación interpretativa que active el sentido de la novela. Básicamente, lo mismo que hacemos cuando vamos al museo, pues mientras las obras de arte no tienen espectadores son sólo lienzos con pintura hasta que adquieren su carácter de “textos de cultura” una vez que hay alguien frente a ellos que experimenta sensaciones, sentimientos y reflexión a partir de la obra.

Salón Destino vio la luz en 2016 gracias a la Editorial La Cifra, en coedición con la Secretaría de Cultura, por lo que pueden encontrar esta novela gráfica en las librerías de Educal. Les aseguro que es una compra que me van a agradecer.


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